sábado, 7 de julio de 2012

ESTE ADIÓS NO MAQUILLA UN HASTA LUEGO.



 No era el chico de las poesías, ni Chuck Bass, tampoco era Noah. Pero escribía cosas bonitas, su pajarita con estampado de cachemir me cautivó, y buscó la perfección para escribir en un diario cercano al mar. Una camisa azul con toques de verano, el sol como las ganas de besarle habían quemado mi piel, un vestido negro, dos discotecas, tres escusas y la mejor convicción.
  Pero ya sabes lo que dicen de los huracanes, pasan, arrasan y se van. Y yo no quiero pensar en una canción que no fue, no quiero ver un tweet marcado como favorito, ni mucho menos quiero pensar en ese verano que deseamos y que en Madrid, aunque me pese, por todo, sabe un poco a mierda y reproches. Tampoco quiero pensar en opciones, ni ilusiones. Una explicación debida, un adiós y buena suerte en un camino paralelo. Un busca, pierde y vuelve a buscar que se quedó en eso, lo que pudo y no fue. Cuatro besos de madrugada para cuatro meses de palabras quien sabe si forzadas. 

                                          Importante quizás, error seguro. Au revoir MON amour
  

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