sábado, 6 de abril de 2013

80 abriles siendo parte de mis 18 septiembres.


Como a este orgullo siempre le paso lo mismo que nació para reducirse a palabras en una carpeta de ordenador
Y yo, yo escribo para mí, por y para todas mis partes. Y esta es una de ellas.
Casi, sin exagerar, la más vital. Y pasa, que cuando lees para gente aun más importante, te tiembla la voz, tanto como el primer día que susurraste ese te quiero extraño.
 80 ABRILES DE QUIEN ES SIEMPRE PRIMAVERA
Sabes abuela, no está de moda querer demasiado a las abuelas, y me gusta seguirlas, pero esta me es imposible. Y todo el mundo que me conoce te conoce un poco a ti, conoce que te quito los collares, las pulseras, el maquillaje y los pañuelos. Sabe que no hay semana que no te vaya a ver, que te adoro a ti, a tu brasero y nuestro café.  Que de pequeña me preguntaban y era a las que más quería, mi heroína particular, como quien quería ser. Porque nunca lloraba, nunca le dolía nada como a las demás abuelas y encima, siempre tenía los labios pintados. Luego me di cuenta, que eso podía cambiar, pero que era lo que soy por todo esto. Por las veces que me habías gritado que lo hacías por mi bien, que no tenía que comer mas y sobretodo, tenía que hacer las cosas más deprisa, “había que espabilar”.
Felices 80 años, 80 maneras de sentirse viva cada día. Abuela, y no una abuela cualquiera, como todas, no. Con las arrugas que la risa ha hecho en tu cara, con todas las cicatrices por las lágrimas de más, de andares torcidos como sello de la familia y fortaleza absorta encada paso un tanto desviado. Fortaleza,  ay que palabra y que manera de representar 80 años, que en definitiva son 80 formas de hacer feliz.
Y no sé, si hoy va, de felicidades o de acción de gracias. Felicidades por ser la pieza clave en una familia de ausencias, de sonrisas. Felicidades por  tres hermanas, el mejor marido, cuatro hijos y tres nietos.  Y gracias. Gracias por las puertas abiertas y el brasero caliente. Gracias por cada guiso y no por el plato de comida, si no la dedicación y la palabra que lo acompaña, que seguramente sea un gruñido, pero el mejor gruñido,  con tanto cariño como propósito de enmienda. Gracias por ser la persona que más veces nos ha regañado, la que mejor nos ha atendido y los tequieros más bonitos me ha gritado. Gracias abuela por enseñarnos que ser valiente no es una cuestión de suerte. Por hacernos ver el lado positivo, un hilo del que tirar y un motivo por el que dar gracias.
MUCHAS FELICIDADES.

miércoles, 23 de enero de 2013

TRUST ME


A estas horas se reparten los sueños, y tú, como dice la canción, te cuelas en la fila de los míos cuando nadie vigila.  
Y no sé si eres sueño o pesadilla.
Son las cosas de este frío tan polar, que se empeña en volverme un poco más bipolar. 
Bipolar y mi nudo se deshace en la nieve que cae. Y me planteo si soy de arte o solo de palabras.
Igual es que soy solo de sueños.
Tal vez, una Alicia a la que sobran muchedades.
Y entre tanta muchedad, perdemos. Un día que nos da por echar de menos, otro de mas y empezamos a querernos para después odiarnos. Odiar que es otra forma de amor y la suerte otra forma de decir te quiero.


miércoles, 2 de enero de 2013

Dos mil doce, nunca vuelvas, pero quédate.


Con resaca, a dos días de esta nota  y unos mensajes tontos después, comienzo yo a escribir mi balance.
Y es que 2012 ha sido tanto y tan paradójico como divertido.
Empezó con las primeras doce uvas en diecisiete años y acabo con dieciocho años crecidos de golpe, con trescientas sesenta y seis maneras de querer un poco más.  
2012, 18 años y yo he empezado a entender lo que mueve el mundo y con ello, he buscado lo que quiero que mueva el mío propio. Y en plena búsqueda me encontré con la fragilidad de un corazón duro. Con un montón de ilusiones que se han ido cumpliendo y un millón de sueños que ya están en esa lista de apellido trece. 
Y no sé si la búsqueda, como el año, ha sido buena o malo. Pero me enseñaron que hay medias tintas y que son buenas. 
Y podía ponerme tremendista y decir que ha sido duro, pero no. Ha sido un tanto aleccionador, de comprender que el  “yo, me, mi, conmigo no es buen compañero” y que solo acusa sintigos.
2012. A base de raspones, nos agrandó el corazón.
Una lista de deseos que acabó con muchos de ellos cumplidos. Selectividad aprobada, noches desgatadas, un verano que nos quemo hasta las desilusiones y los pasillos de una facultad, que ya no quedan grandes. 
La carrera más bonita del mundo y la convicción de que hay maneras de vivir que nunca cambiaran y siempre amarás.
Porque si, mi familia sigue siendo la mejor  del mundo para reír, llorar y caminar y mis amigos siguen formando parte de ella. 
Con ella, hablo de mi felicidad  y de todos los trocitos de este año guardados ya en un tarro, como lecciones o como recuerdos, todos ellos con sonrisa incluida.
Sonrisas incluidas en momentos de verdad,  sueños apuntados en paredes de ciudad. 

La esperanza de que lo mejor está por llegar, que empieza con 365 oportunidades para la felicidad.
2013 cumple eso de que de lo bueno queda lo mejor. Sorpréndeme.


¿Better Together?  Mucho mejor.
SUEÑOS BONITOS PARA 2013