miércoles, 12 de septiembre de 2012

SEIS DE SEPTIEMBRE DEL NOVENTA Y CUATRO



Allí no lo sé, ahora y desde entonces muchas cosas. 

Una persona, su talón de Aquiles y su sonrisa correspondiente que lejos de la de Amélie, se compone de otras muchas. Dos faros que nunca han fallado a otros dos que día a día crecen fallando. Tres caminos, colegios y rincones. Cuatro ilusiones en una casa, sobre otros cuatro pilares mejores, con arrugas y batallas. Cinco abrazos, como eternidades por los todos los Seis del nueve durante una vida. Siete enanitos por cada cuento en el sofá antes de dormir. Ocho años en un vestido de volantes y unas zapatillas de ballet.  Nueve viajes y septiembres Soria – Madrid. Diez cosas perfectas y diez años de espera hasta el primer vuelo a París. Once buenas noticias, amigos e historias de Super Pop. Doce conciertos y meses que llorar, saltar y recordar. Trece números con suerte en la calle tuya, trece días ausentes de febrero y otros trece de octubre donde “hoy es siempre todavía”. Catorce vidas que son dos gatos uno que aprende y otro que decepciona. Quince poemas,el primero de mi pasión. Dieciséis aviones saliendo, uno para redescubrir Paris y otro para madurar Irlanda. Diecisiete lecciones que son cien por cada error, diecisiete historias del arte fotografiadas en un mes de Londres. Dieciocho veranos deseados en un álbum recordados. Dieciocho que son muchos días, todos de oportunidades, casi tantas como sueños que son tropecientos más que los corazones en los que habitar.




                                                         Dieciocho cumplidos, bien celebrados y guardados como universitaria.