jueves, 26 de abril de 2012

Deuda eterna de besos grandes


De las carcajadas contadas, las risas postizas y los nudos en la garganta. 
De los días duros  en los que la vida resta todo lo sumado en años, días que te empequeñecen. Cuando Alex Ubago es la única Banda Sonora. Suena la canción esa que habla de amor eterno del de verdad, de amor brillando en los ojos de los buenos consejos. Esa misma sensación desde hace más de diecisiete años  cuando la distancia hería, cuando en una cama ajena a kilómetros hacían falta besos, abrazos y la protección que solo ella sabe dar. Ahora la distancia es la pared y esa protección es necesaria además de mutua.
                                                                                                                                                                              
Cariño en los besos que dan ganas de vivir el único siempre verdadero

domingo, 22 de abril de 2012

AL REVÉS-

Sonaba una de esas canciones que años atrás me ponía los pelos de punta, que me había hecho volar y aún ahora lo seguía haciendo. Una canción que provocaba el mismo efecto que él.
   En una de esas tardes con una pila de libros apartados, canciones tristes, recuerdos escondidos,  veranos que no llegan y viajes infinitos.Concretamente en el suspiro de las 7 habían aumentado las ilusiones, el “noseque” y los besos por dar. Había aumentado esa sensación de reír, de bailar y de mas soñar, soñar esperando ese junio, septiembre y diciembre, que este año, más que nunca, se estaban haciendo de rogar. 

          
          Que te espero aquí, por la segunda canción a la derecha doblando con el sueño tercero.



domingo, 1 de abril de 2012

Domingos que hacen recordar.


   Los sábados son GRANDES  salir, beber, bailar, mil fotos y doscientas canciones, pero los jodidos domingos de resacan vienen después.
  Y si, puedes haberte bebido la vida en un Coco con ron, haberte desencajado las caderas de bailar y la mandíbula de reír, ya puedes haber sido feliz en una noche eterna de fiesta, con música y valentía. Pero lo bueno acaba, ese estado de felicidad (ignorancia) se va junto con el potado en el desagüe, y te despiertas con dolor de cabeza, sed de besos y ganas de llorar. Unas ganas de llorar que no se van en todo el día.


                              Madrid, a un domingo de resaca que pide a gritos verano