Los sábados
son GRANDES salir, beber, bailar, mil
fotos y doscientas canciones, pero los jodidos domingos de resacan vienen después.
Y si, puedes
haberte bebido la vida en un Coco con ron, haberte desencajado las caderas de
bailar y la mandíbula de reír, ya puedes haber sido feliz en una noche eterna
de fiesta, con música y valentía. Pero lo bueno acaba, ese estado de felicidad
(ignorancia) se va junto con el potado en el desagüe, y te despiertas con dolor
de cabeza, sed de besos y ganas de llorar. Unas ganas de llorar que no se van
en todo el día.
Madrid, a un domingo de resaca que pide a gritos verano
Que a penas lo pasamos mal en la fiesta...=)
ResponderEliminarYo fatal... tanto que ni me acuerdo :)
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