domingo, 1 de abril de 2012

Domingos que hacen recordar.


   Los sábados son GRANDES  salir, beber, bailar, mil fotos y doscientas canciones, pero los jodidos domingos de resacan vienen después.
  Y si, puedes haberte bebido la vida en un Coco con ron, haberte desencajado las caderas de bailar y la mandíbula de reír, ya puedes haber sido feliz en una noche eterna de fiesta, con música y valentía. Pero lo bueno acaba, ese estado de felicidad (ignorancia) se va junto con el potado en el desagüe, y te despiertas con dolor de cabeza, sed de besos y ganas de llorar. Unas ganas de llorar que no se van en todo el día.


                              Madrid, a un domingo de resaca que pide a gritos verano

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