Desde el mirador veo amanecer y escribo en mi diario para no olvidar, tantas cosas que recordar. La noche inmensa, breve, vueltas como una idiota y si, caricias no merecidas. Como nunca nadie había hecho vibrar, momentos de bailar. Lo típico, arráncame el pintalabios y las huellas de otra eternidad. Y ahora que tengo los ojos nublados, que tiemblo y me tambaleo no te olvides de mi, que yo fui tu estrella, tu sombra en la pared.
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