Y cuando no sabes que hacer, te guías por una
canción, te dejas llevar por una película, por una historia de las bonitas y
hasta incluso por los protagonistas de ese libro que acaban a besos en el faro
de una ciudad italiana. Pero el faro es muy de mar, y yo soy muy de asfalto. Y ese
libro pasó a la estantería de los bonitos, y esa historia al cajón de los
recuerdos, ya no es mayor ni pequeña, ni maduro ni inmadura, ahora es YO y el
que venga.
Ahora
son ciudades, son canciones, son aviones, no hay recuerdos sino planes. Ahora
el que venga se corta en él, y el instinto me lleva por otra canción, por una
película con suerte, una historia a medio empezar y un libro apartado por las
inmensas ganas de bailar.
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